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Una mentalidad de escasez no permite desarrollar grandes negocios

Una mentalidad de escasez no permite desarrollar grandes negocios

No nos deja ver las oportunidades en todo su esplendor, y por el contrario las aprovechamos muy tímidamente

Una de las conversaciones típicas de fin de año es preguntarnos qué haríamos si nos ganáramos la lotería navideña, que entrega varios millones de dólares.

Hay respuestas clásicas: comprar casa, pagar deudas o viajar por el mundo.  Sin embargo, un año me sorprendió una respuesta de un amigo de la familia: “Yo arreglaría mi carro”.

En ese momento me asomé por la ventana y vi que él tenía un automóvil muy deteriorado, viejo y con muy pocas posibilidades de volverlo un clásico.

En ese momento me cuestioné como una persona que podría recibir varios millones de dólares en vez de pensar en comprarse un vehículo nuevo, su primer pensamiento fue arreglarlo, cuando lo prudente era enviarlo a una chatarrera.

Creo que esto obedece a una mentalidad de escasez en vez de una de abundancia.

Es lamentable, pues no nos deja ver las oportunidades en todo su esplendor, y por el contrario las aprovechamos muy tímidamente.

En otra oportunidad ayudaba a un amigo, pues quería convertirse en community manager. Conseguimos el primer cliente y mi propuesta era hacer un pequeño equipo de trabajo. Un creativo y un productor audiovisual, para que trabajaran con él. 

Cuando me di cuenta, estaba él haciéndolo todo: redactaba, tomaba fotografías, hacía videos, montaba anuncios y muchas otras actividades en las que él no era bueno; su fortaleza estaba en el conocimiento del negocio del cliente, la redacción y la estrategia de comunicación, pero no en lo gráfico.  Gastaba mucho tiempo en Internet viendo tutoriales para aprender a hacer estas actividades que no le eran familiares.

Le pregunté por qué no había tomado en cuenta a otras personas para hacer equipo y me dijo que mejor se ganaba el dinero de los otros.  

Esto es una buena premisa si uno es bueno en lo que hacen los otros; pero no funciona si no lo es o si quiere realmente formar una empresa que pueda crecer, tener más clientes, destacarse de los demás y consolidarse.

Al final, el servicio con el cliente no fue lo que habíamos ofrecido, pronto perdió el cliente y el proyecto murió.

Creo firmemente que para emprender hace falta tener un equipo fuerte, con habilidades diversas, que cada integrante sepa sus debilidades y se apoye en sus puntos fuertes, entre muchas otras más; pero no podemos lograr grandes emprendimientos si tenemos una mentalidad de escasez,  mezquina y sin pensar en grande.

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